quinta-feira

¿Como adelgazar en una semana?









F.T. Hay muchos malentendidos en torno a la palabra suspense. A menudo a explicado usted en sus entrevistas que no debe confundirse sorpresa y suspense y volveremos sobre ello, pero mucha gente cree que hay suspense cuando hay un efecto de miedo...






A.H. Por supuesto que no. Volvamos a la telefonista del film "Easy Virtue"; esta escucha al hombre y a la mujer, a los que no mostramos nunca y que hablan de matrimonio. Esta telefonista estaba llena, cargada de suspense ¿La mujer que está al otro extremo del hilo aceptará casarse con el hombre que la llama? La telefonista quedó muy aliviada cuando la mujer dijo que si y se terminó su propio suspense. Este es, pues, un ejemplo de suspense independiente del miedo.






F.T. Sin embargo, la telefonista temía que la mujer se negara a casarse con el joven, aunque en definitiva, esto no era angustia. ¿Es suspense la prolongación de una espera?






A.H. En la forma corriente de suspense, es indispensable que el público esté perfectamente informado de los elementos en presencia. Sino, no hay suspense.






(...)






F.T. Quisera pedirle que precisara ahora la distinción que debe hacerse entre suspense y sorpresa.






A.H. La diferencia entre el suspense y la sorpresa es algo muy simple y hablo de ella muy a menudo. Sin embargo en las películas frecuentemente existe una confusión entre ambas nociones.






Nosotros estamos hablando , acaso hay una bomba debajo de esta mesa y nuestra conversación es muy anodina, no sucede nada especial y derrepente: boom, explosión. El público queda sorprendido, pero antes de estarlo se ha mostrado una escena completamente anodina, desprovista de interés.






Examinemos ahora el suspense, la bomba está debajo de la mesa y el público lo sabe, probablemente porque ha visto que el anarquista la ponía. El público sabe que la bomba estallará a la una y sabe que es la una menos cuarto (Hay un reloj en el decorado); La misma conversación anodina se vuelve de repente muy interesante porque el público participa en la escena. Tiene gana de decir a los personajes que están en pantalla: "No deberías contar cosas tan banales; hay una bomba debajo de la mesa y pronto va a estallar".






En el primer caso se ha ofrecido al público quince segundos de sorpresa. En el segundo caso le hemos ofrecido quince minutos de suspense...












("Le cinema selon Hitchcock"- F. Truffaut)
















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