quinta-feira



Estas anotacións foron lixeiramente interpretadas depois dun anaco de texto achado a carón do Vert Magno nunha mañá clásica de névoa inquedante no peirao de Viladomar, cambio e corto.
E voçe que sabe?
O calor dilatao, o cristal transformao. Oe, e agora que cres que sabes? El creu que tiña a resposta: "Velaí o tes", dixo por fin e rematou cun: "O ser humano é extraordinario, incríble". Depois colleu, puxo seu nome ao pé da resposta e alzou a vista cun xesto de incredulidade, mirando pro aire[...].
E voçe que máis quere? O tempo derrúe as cousas, sen oposición. Entón creu que non tiña máis que facer alí e digamos que acabou matando o aburrimento co suicidio; e pasou a ser unha referencia histórica por ser o revelador daquelo. Revelador? Daquelo? Divulgador quizais...
Ben, e voçe por que o fixo? El xa non o acorda moi ben. Escapar do convencional (coma) Isto debería ser con MINÚSCULA (coma) non? Ben ben. Xa xa. escapa agora cara a Novum Tribu e atende (dous puntos) FOXE DISO POIS O CONTINENTAL PERDESE TACHANDO
.


"No dejaremos de explorar y el fin de nuestras exploraciones será la llegada al punto de partida."
- Little Gidding -

Todo el mundo sabe o debería saber que la sabiduría no es una gracia que se obtiene al nacer, sino que se va adquiriendo con el tiempo. Lo mismo que se adquiere el conocimiento de uno mismo y lo que a uno le rodea.
Desde el inicios de los tiempos, cuando aún el hombre no tenía conciencia de su propia humanidad, la tierra ya estaba habitada por plantas y animales.
Los hombres tomaron conciencia de sí y crearon a su alrededor un mundo que les fuese útil y de cuyos recursos se pudiesen aprovechar.
A partir de ese momento, el hombre se creyó el centro del mundo, y todo creció a su alrededor. Ciudades, avances tecnológicos, nuevas formas de pensar y actuar. Nuevos regímenes.
Proliferaron los sabios que hacían descubrimientos antes inimaginables; se visitaron satélites, nuevos planetas, los cuales el hombre adaptó a su forma de vivir, y así se creó lo que ellos conocían como la Gran Tierra.
Todo esto hizo creer a algunos hombres que era la raza humana la destinada a crecer y extenderse por todo el ancho del universo.
Así comenzó el éxodo de los humanos de la Tierra; en principio porque las grandes metrópolis dejaron de ser habitables debido al alto grado de contaminación, y también, porque no, debido a que el planeta Tierra dejó de ser ya hace mucho tiempo, aquel lugar apacible, y sobre todo "natural" que todos conocemos.
Continuarán vagando por el universo y convirtiendo planetas llenos de vida en verdaderos desiertos.
Yo vi partir a la última familia humana, y sentí de verdad una gran tristeza. Comprendí que no supieron utilizar toda su inteligencia para salvar de la desolación su propio planeta, y así lo convirtieron prácticamente en una jungla de metal en lo que lo natural formaba parte del recuerdo y sólo servía como muestra de museo.
Fue entonces cuando comprendí que la verdadera sabiduría no consiste sólo en descubrir algo y aprovecharlo para avanzar hacia lo que no se conoce, sino que debe servir para mantenerse en ese punto y gracias a lo que se sabe intentar mejorar lo que a uno lo rodea.
Luego sí es el momento de volver a buscar cosas nuevas, no antes.
Y os digo esto: yo que he vivido más años que todos vosotros juntos, que he visto el nacimiento de la humanidad, que también he visto como nos abandonaban en este planeta ya calcinado y devastado por su ansia de mirar más allá y no preocuparse de su propio hogar.Lo único que os pido, es que vosotros y también yo, que nos quedamos aquí, no cometamos el errores que ellos cometieron; este es mi legado ahora ya poco puedo decir, creced y no olvidéis que esta tierra es la vuestra.
La última hora de vida de nuestro gran maestro cayó al suelo y con ella se apagó toda su luz, pero sus palabras, de eso estoy seguro, seguirán dentro de todos los que las oímos.
Quedó allí de pie, muerto, pero entre sus raíces surgieron nuestros hijos y con ellos su sabiduría.
Probablemente no vivamos muchos años ya ninguno de nosotros, porque todo está prácticamente destruido por los hombres pero el tiempo que nos quede seguro que lo emplearemos en mejorar nuestro entorno y no en buscar otro prado donde clavar nuestras raíces.


- J. Troncoso -

quarta-feira

En 1937, la yerba fue introducida en la Ley Harrison de Narcóticos. Las autoridades afirmaban que la yerba es una droga adictiva, que su uso es perjudicial para mente y cuerpo, y que hace cometer delitos a quien la usa. Estos son los hechos: la yerba no es adictiva. Uno puede fumar yerba durante años y no experimentará ninguna molestia si de pronto deja de hacerlo. He visto fumetas en la cárcel y ninguno de ellos mostraba síntomas de carencia. Yo mismo he fumado yerba durante quince años y nunca sentí molestias cuando dejaba de hacerlo una temporada. La yerba es menos adictiva que el tabaco. La yerba no daña la salud. De hecho muchos de los que la fuman aseguran que aumenta el apetito y tonifica el organismo. No conozco ningún otro producto similar que incremente el apetito.
En una ocasión suprimí el habito de droga con yerba. El segundo día después de dejar de pincharme fui capaz de comer. Por lo general, cuando dejo de pincharme soy incapaz de comer unos ocho días. La yerba no empuja a nadie a cometer delitos. Jamás he visto que nadie se pusiera agresivo bajo la influencia de la yerba. Los fumetas son muy sociables. Demasiado sociables para mi gusto. No puedo entender por qué la gente que asegura que la yerba induce al crimen no exige que se prohíba también el alcohol. Todos los días se producen crímenes cometidos por borrachos que no obrarían así estando sobrios.

Se ha hablado mucho de los efectos afrodisíacos de la yerba. Por alguna razón, los científicos se niegan a admitir que la yerba sea afrodisíaca, y muchos farmacólogos dicen que “no hay pruebas para mantener la creencia popular de que la yerba posee propiedades afodisíacas”. Yo puedo asegurar que la yerba es un afrodisíaco y que el sexo es más agradable bajo la influencia de la yerba que sin ella. Cualquiera que haya usado buena yerba verificará esta afirmación.

Se oye decir que la gente se vuelve loco por usar yerba. Hay, es cierto, una forma de locuara causada por el exceso de la yerba. Este estado se caracteriza por ideas de referencia. La yerba que se puede obtener en los Estados Unidos no es lo bastante fuerte como para enloquecer a uno y las psicosis producidas por yerba son muy raras en este país. La psicosis inducida por yerba se corresponde más o menos con el delírium tremens y desaparece cuanto la droga se suprime. El que fuma unos cuantos cigarrillos al día no tiene más posibilidades de volverse loco que un hombre que tome unos cuantos cocktails antes de las comidas.

Bill Lee, Yonki (Fragmento)

sábado

El lobo estepario

Dentro de todo, por lo menos, nuestro Lobo Estepario descubrió en su interior la duplicidad fáustica, comprendió que la unidad de su cuerpo no se conduce con una unidad del alma, sino que -en el mejorde los casos- él apenas se encuentra en camino,en una larga peregrinación, hacia ese ideal armónico. No quiere ganarle al lobo que lleva adentro y convertirse totalmente en hombre, ni renunciar al hombre para vivir como lobo una vida entera y sin desgarros. Es probalbe que nunca haya observado a un lobo de verdad: habría visto que los animales tampoco tienen un alma única, que en ellos -detrás de la forma bella y firme del cuerpo- también habita una multiplicidad de anhelos y estados, que al lobo también los acosan precipicios, que también sufre. No, con la idea de "volver a la naturaleza" el hombre toma siempre por un camino errado, penoso y desperanzado. Harry jamás podrá ser de nuevo todo un lobo y, si lo lograra, se daría cuenta de que el lobo tampoco es sencillo y primario, sino múltiple y complicado. El lobo también lleva dos o más almas en su pecho lobuno quien desee ser uno incurre en el mismo olvido que la persona que canta "Oh, bendito quien aún es niño". La persona simpática pero sentimental que canta esto también quiere regresar a la naturaleza, a la inocencia, a los comienzos y olvida por completos que los niños no son en absoluto benditos, que son capaces de grandes conflictos, de muchas ambigüedades, de todas las penas.
Ningún camino lleva de vuelta al lobo ni al niño. En principio de las cosas no hay inocencia ni simplicidad; todo lo creado incluso lo que parece más sencillo, ya sea culpable, múltiple, ya fue arrojado a la corriente sucia del devenir y nunca más, nunca más podrá nadar corriente arriba. El camino hacia la inocencia, hacia lo no creado, hacia Dios, no lleva para atrás, sino para delante, no lleva hacia el lobo o el niño, sino cada vez más adentro de su culpa, cada vez más profundo hacia el hacerse hombre. ¡Pobre Lobo Estepario! El suicidio tampoco te será una gran ayuda; para hacerte hombre tendrás que recorrer el camino más largo, más pesado y duro, tendrás que multiplicar tu duplicidad, complicar mucho más tus confusiones. En lugar de angostar tu mundo y simplificar tu alma, tendrás que admitir cada vez más mundo -al final, al mundo entero- en tu alma dolorosamente ampliada para llegar tal vez, algún día, al final, a la paz. Este camino fue recorrido por Buda, por cada persona grande; algunos lo hicieron de manera consciente, otros no, tan lejos como los llevó la suerte de su aventura temeraria. Cada nacimiento significa una separación del universo, una delimitación, un alejamiento de Dios, un doloroso hacerse de nuevo. Y regresar al universo, disolver la penosa individuación, convertirse en Dios, significa lo siguiente: haber ampliado tanto el alma que pueda abarcar otra vez al cosmos.
Aquí no estamos hablando del hombre que conoce la escuela, la economía nacional o la estadística, ni de aquel que camina de a millares por las calles y del que no podemos atrapar más que lo que hacemos con la arena junto al mar o con la espuma en la rompiente. Un par de millones más o menos no importan, son material, nada más. No, nosotros hablamos del hombre en su sentido más elevado, de la meta que espera al final del largo camino de hacerse hombre, del hombre magnífico, inmortal, El genio no aparece en ocasiones tan contadas como pensamos; claro que tampoco es tan común como pretenden las historias de la literatura o del mundo o, peor aún, los diarios. El Lobo Estepario Harry, creemos, poseería genio suficiente como para intentar el desafío de convertirse en hombre, en lugar de escudarse quejoso, ante cada dificultad, en su tonto lobo.

terça-feira

te convido a creerme cuando digo futuro





Te convido a creerme cuando digo futuro
si no crees mi palabra, cree el brillo de un gesto
Cree en mi cuerpo, cree en mis manos que se acaban.
Te convido a creerme cuando digo futuro
si no crees en mis ojos, cree en la angustia de un grito
cree en la tierra, cree en la lluvia, cree en la savia.

Hay veinte mil nuevas semillas en el valle desde ayer.
Hay restos de desesperados, hay el hombre y la mujer.
Los hierros se fundieron ya
hay paciencia hay que dar más.

Hay un país en rocas y ruinas bajo otro país de pan
hay una madre que camina codo a codo con su clan.

Los hierros se fundieron ya
hay paciencia hay que dar más.

Hay cuatro niños ahora mismo sonriendo en una plaza
y en las trastienda de una bala un militar que no ha dormido

Y aquella linda muchachita vuelve a recortar su saya
sí es importante desde un niño hasta el largo de un vestido.

Los hierros se fundieron ya
hay paciencia hay que dar más.

Yo te convido a creerme cuando digo futuro

quarta-feira

Cuando los sables estén enmohecidos, los cañones fundidos y los arados relucientes, cuando las gradas de los templos estén gastadas y los tribunales llenos de hierba, cuando las cárceles estén vacías y los graneros llenos. Entonces ya no existirán los imperios ni las guerras, así progresarán los pueblos, en armonía con la Naturaleza.
!Meditemos y filosofemos¡


Fragmento extraído de "Chi-Lam", libro último del Maracaibo.

El maestro de la ventriloquia



Viva!

quinta-feira

¿Como adelgazar en una semana?









F.T. Hay muchos malentendidos en torno a la palabra suspense. A menudo a explicado usted en sus entrevistas que no debe confundirse sorpresa y suspense y volveremos sobre ello, pero mucha gente cree que hay suspense cuando hay un efecto de miedo...






A.H. Por supuesto que no. Volvamos a la telefonista del film "Easy Virtue"; esta escucha al hombre y a la mujer, a los que no mostramos nunca y que hablan de matrimonio. Esta telefonista estaba llena, cargada de suspense ¿La mujer que está al otro extremo del hilo aceptará casarse con el hombre que la llama? La telefonista quedó muy aliviada cuando la mujer dijo que si y se terminó su propio suspense. Este es, pues, un ejemplo de suspense independiente del miedo.






F.T. Sin embargo, la telefonista temía que la mujer se negara a casarse con el joven, aunque en definitiva, esto no era angustia. ¿Es suspense la prolongación de una espera?






A.H. En la forma corriente de suspense, es indispensable que el público esté perfectamente informado de los elementos en presencia. Sino, no hay suspense.






(...)






F.T. Quisera pedirle que precisara ahora la distinción que debe hacerse entre suspense y sorpresa.






A.H. La diferencia entre el suspense y la sorpresa es algo muy simple y hablo de ella muy a menudo. Sin embargo en las películas frecuentemente existe una confusión entre ambas nociones.






Nosotros estamos hablando , acaso hay una bomba debajo de esta mesa y nuestra conversación es muy anodina, no sucede nada especial y derrepente: boom, explosión. El público queda sorprendido, pero antes de estarlo se ha mostrado una escena completamente anodina, desprovista de interés.






Examinemos ahora el suspense, la bomba está debajo de la mesa y el público lo sabe, probablemente porque ha visto que el anarquista la ponía. El público sabe que la bomba estallará a la una y sabe que es la una menos cuarto (Hay un reloj en el decorado); La misma conversación anodina se vuelve de repente muy interesante porque el público participa en la escena. Tiene gana de decir a los personajes que están en pantalla: "No deberías contar cosas tan banales; hay una bomba debajo de la mesa y pronto va a estallar".






En el primer caso se ha ofrecido al público quince segundos de sorpresa. En el segundo caso le hemos ofrecido quince minutos de suspense...












("Le cinema selon Hitchcock"- F. Truffaut)
















EL RESPLANDOR

es posible
cuando
miras
fijamente y a los ojos
a alguien
- dijo él, fijamente;
y sonrió
respondiendo a la sonrisa
de su amigo.

Pero el amigo

cambió el gesto
al ver que
ahora él
quería controlar
su pensamiento.

sábado


Nas islas Salomón, no sur do Pacífico, algúns dos habitantes practican unha forma única de tala de árbores. Si unha delas é demasiado grande pra ser talada cunha machada, os nativos fan caelo a gritos (non teño a man o artigo, pero xúrovos que o lín). Os lenhadores con poderes especiais súbense ás árbores exactamente na alvorada e, sen máis, lles gritan con toda a forza dos seus pulmóns. O farán tódalas mañás durante trinta días ata que a árbore morra e se derrumbe. A teoría é que os gritos matan ao espírito da árbore. Según os aldeáns, sempre da resultado.

Ai, eses pobres inocentes inxenuos! Que extranos e encantadores costumes os da selva! Gritarlles ás árbores, vaia cousa. Que primitivo! Lástima que non teñan as ventaxas da tecnoloxía moderna e a mentalidade científica.
E eu? Eu grítolle á minha muller. E grítolle ao telefono e á segadora do céspede. E tamén á televisión e ao periódico, e aos meus fillos. Incluso dise que sacudín o punho e lle gritei ao ceo algunha que outra vez.
O vecinho grítalle ao seu coche. E este verán oínlle gritar a unha escada case toda unha tarde. Nós, a xente educada, civilizada, urbana e moderna, lles gritamos ao tráfico e aos árbitros, e as facturas e aos bancos, e as máquinas... sobre todo ás máquinas. As máquinas e os parentes lévanse a maior parte deses gritos.
E non sei que gañamos con iso. As máquinas e as cousas seguen no seu sitio. Nin sequera darlles patadas ás veces serve pra nada. En canto ás persoas, os de Salomón poden apuntarse un tanto. Gritarlles ás cousas vivas pode facer que morra o espírito que hai nelas. Os paos e as pedras poden romper os nosos ósos, pero as palabras rompen os nosos corazóns.

Robert Fulghum